lunes, 24 de octubre de 2011

POEMA XX: "ASPIRAMOS A UN CONCEPTO RECOGIDO DE LA CULTURA"

Aspiramos a un concepto recogido de la cultura, al mar­gen del comercio y la banalidad. Un saber
-puntiagudo, lumino­so, inquieto- capaz de convertir los conceptos en camino. Res­catado del vedetismo de estampas, de los emperifollados perso­najes de academias, de los pregoneros itinerantes.
Se pretende invocar los valores de la austeridad, la palabra prestigiada por el esfuerzo callado. Porque el hombre consagra­do al estudio no puede dejarse convertir en un figurín de pre­sencia amena o divertida, comensal invitado de relleno en lo ágapes elegantes de la autoridad o el poderoso de turno.
No es un libro que anda, tampoco un bufón a la mano. Su misión es más elevada, de su alto grado de consciencia se espera una labor de ilustración y esperanza. No podemos prescindir del privilegio de su espíritu profundo, tampoco del mensaje arran­cado a tantas horas de perseverancia. Sus obras son interpreta­ciones del genio de su raza, instrumentos valiosos dentro de la misión qúe a todos nos concierne de construir la solidaridad en el hombre.
Es la mejor recompensa, el don de la intuición, el trabajo provechoso, la gratitud que llega desde los últimos rincones. De ningún modo esperamos de ellos juguetes ligeros o hábiles pa­satiempos de artificios, exijamos el esfuerzo y la grandeza del alma, su aportación a la dolorida marcha de los pueblos que buscan en la lucha de cada día, su destino.
Alejemos nuestra mirada de los burdos traficantes del ver­bo, hábiles para la subvención y el elogio, que ven buenos todas las tareas cuando el oro reluce en su presencia.

La cultura no es un galanteo, tampoco un adorno que se lleva por encanto, es tarea de fatiga, y dura, como son las cosas que siempre se estimaron verdaderas. El auténtico sabio vive gustoso en su pequeño estudio, no precisa de frívolas lisonjas; buscar, acosar, descubrir, en fin, los enigmas y matices de la vida es su tarea constante. El premio reside en su trabajo, en el amor que pone en la tarea. En ocasiones, la gratitud culmina en la inmortalidad que su ejemplo alcanza.
Es preciso hacerse amplio y hondo para abarcar las densas cuestiones de la ciencia y de la vida, reputando cualquier tipo de recompensa como algo común a la grandeza gozada y recibi­da.

No hay comentarios:

Publicar un comentario